Famara está muy bien

Domingo mañana. Después de una parada en Uga, nos acercamos a la Caleta de Famara. Mucho viento que permite ver la formación de las dunas, ver los ripple-marks en acción, pero ideal para caminar unas horas por los riscos.
Tomamos la pista de tierra hasta el pozo. Allí aparece un tipo y nos dice que tengamos cuidado: 4 horas hasta las Salinas, camino perdido y que vayamos con tranquilidad.
Hacemos caso y en 4 horas...estamos de nuevo en el coche. Las vistas son muy espectaculares: derrubios colgados en el farallón de Famara. Las rocas llenas de carbonatos y especies vegetales que empiezan a verdear (no sé si han adivinado que vienen lluvias)

Casi Jorge pierde el avión... pero no. A costa de casi no comer.

Una nueva experiencia. Nunca he dado clase en una Escuela de Artes Escénicas. Quien me lo iba a decir hace dos años.
Pero la vida es muy rica en matices y en bruto.
Es una oportunidad para aprender nuevas asignaturas (esto es realmente estimulante: Fotografía, Diseño, Arte y Decoración, Ebanistería...), del profesorado (es realmente espectacular, con esa vena artística tan atrayente) y de los alumnos. (todavía no los conozco).

Iremos viendo. Este año se cumple el centenario de la Escuela (hay libros en la biblioteca de comienzo de hace dos siglos, je) y se avecinan un montón de actividades interesantes.

Por ahora nada más.